El estudio realizado por Porter & López- Angulo, “Violencia Vicaria en el contexto de la violencia de género: Un estudio descriptivo en Iberoamérica”. http://dx.doi.org/10.33210/ca.v11i1.381
Da cuenta de la correlación positiva casi perfecta entre la VG y la VV; y la correlación positiva moderada entre VG-VI y VV y VI.
La correlación significa que dos variables van juntas, por lo tanto, si estamos frente a la VG, aparece siempre la VV y la VI.
Frente a este hecho cierto y verificable (por si hay negacionistas leyendo…)
¿En qué debemos trabajar para aumentar la receptividad de las instituciones con respecto al fenómeno de la violencia? Parafraseando a la profesora Linda Martín Alcoff, se debe trabajar en aumentar la sofisticación de las instituciones con respecto a la comprensión de cómo el poder, el dominio masculino, el racismo, el heterosexismo, el imperialismo, los intereses financieros de los medios de comunicación, la autoprotección institucional y otras dinámicas pueden distorsionar seriamente la forma en que se interpreta y juzga a las víctimas.